Que los hijos se marchen de la casa paterna es una buena señal de que se han transformado en adultos independientes y de que han logrado formar sus propias familias.
Es lo más natural de la vida, y todos los padres saben que llegará ese día pero no todos están preparados para soportar el “nido vacío”.
Dejaron de dedicarse exclusivamente uno al otro hace más de 20 años por lo cual ahora, con varias arrugas más y muchos años transcurridos les resulta hasta incómodo convivir en soledad.
Si bien la salida de los hijos del hogar suele afectar a ambos padres, puede tener más repercusión en madres amas de casa que sólo han dedicado su tiempo y atención al cuidado de sus hijos y al funcionamiento de la casa en torno a ellos.
¿Qué hacer?
Los padres deberán buscar actividades en que ocupar su tiempo porque ya no podrán estar pendientes de sus hijos que ahora son adultos independientes.Una vez superada la tristeza inicial por la partida de los hijos, las parejas podrán encontrar los beneficios de esta nueva etapa de “libertad”.
Es posible retomar antiguas actividades y gustos que habían sido dejados de lado por falta de tiempo, además es un buen momento para recuperar la pareja y para pasar más tiempo con amigos.
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