lunes, 5 de diciembre de 2011

La viudez

La viudez puede ser uno de los estados más inesperados de la vida de una ser. Se trata de una nueva realidad a la cual se debe enfrentar la persona que perdió al ser querido. 

Cuando se trata de una viudez temprana, o sea, cuando quien  perdió a su cónyuge es relativamente joven, el golpe es aún peor. ¿Por qué? La razón es comúnmente que cuando la muerte se da a una edad avanzada, la persona que pierde a su pareja entiende –más allá del dolor del episodio- que se trata de un momento esperable en esa etapa de la vida; pero cuando la persona es de corta edad, el golpe es impensado.
El perder una pareja es uno de los eventos más estresantes y dolorosos que le puede ocurrir a una persona en la vida. Ese ser, con el que se estaba casado, es  alguien irremplazable. Muchas personas siguen adelante apoyadas en la existencia de hijos, en especial cuando son pequeños. Y muchos se recubren con una gruesa capa de fortaleza, para esos seres queridos que quedaron y necesitan afecto.
De todas maneras, es necesario realizar un duelo, elaborar que hay una pérdida irreparable en tanto la persona que se murió, y en tanto a vivir en soledad algunos eventos que antes solían compartirse. Eso no significa que no se pueda volver a intentar con otra relación en un futuro, pero sí es necesario tener en cuenta de que no se tratará del mismo tipo de relación que se tenía con la primera pareja; y hay que respetar el espacio que ese ser dejó en nuestros corazones. 
Eliminar el sentimiento de culpa es uno de los pasos a dar para completar el duelo en las personas que han quedado viudas jóvenes y sienten deseos de rehacer su vida con otra persona.  El proceso de volver a tener pareja es a nivel de ensayo y error, es un replanteo que hay que comenzar sin culpas y sin miedos, tratando de superar la timidez y el miedo a conocer a alguien más en la intimidad.
La viudez en la tercera edad no se vuelve menos dolorosa por estar al final de la vida, aunque, como mencionamos antes, sí es menos inesperada. El hecho es que son muchos los que se casan deseando envejecer y morir juntos, o en un mismo período de tiempo, y la posibilidad de poder seguir adelante sin el “compañero de toda la vida” puede resultar difícil para algunos.
De todas maneras son muchas las formas de continuar. Existen grupos de apoyo específicos para estos casos, pero también la persona puede concentrarse en alguna actividad o hobby de su agrado; viajar, disfrutar de la familia e incluso atreverse, con el paso del tiempo, a conocer a alguien  más. Porque si hay algo que es verdad es que para el amor ¡no hay edad! Y que la vida continúa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario